Los antecedentes familiares de Urbano Lugrís hacen que esté relacionado con el mundo artístico y cultural desde su infancia. Su padre, Manuel Lugrís, participó activamente en la escena político-cultural de Galicia: fundó un periódico escrito íntegramente en gallego en La Habana; fue miembro fundador de la Academia Gallega; formó parte del consejo de redacción de A Nosa Terra, y falleció en 1940 cuando era presidente de la Real Academia Gallega. Su madre, Purificación González Varela, pianista, puso a su hijo el mismo nombre que su hermano, Urbano González, uno de los primeros ilustradores de La Voz de Galicia y pintor de corte romántico, de quien Lugrís tomará la rigidez del dibujo.
Al mismo tiempo que realizó sus primeros pasos en el mundo del arte, comenzó los estudios de Perito Mercantil en A Coruña, pero los abandona para trasladarse, en 1930, a Madrid, donde se mezcla con el ambiente de la bohemia vanguardista. Con Rafael Dieste se integró en las Misiones Pedagógicas, con las que recorrió diversas ciudades españolas diseñando figurines y decorados para el teatro La Barraca. En esta época conoció a Lorca y a Alberti.
Cuando estalló la guerra civil, Urbano Lugrís se hizo voluntario en el ejército y se marchó al frente de Asturias. Se casó con Paula Vadillo, con quien tuvo dos hijos: Urbano, que también sería pintor, y Paula.
En 1954 fundó en A Coruña la revista Atlántida con sus amigos Mariano Tudela y José M.ª de Labra, en la que participó activamente, realizando artículos y poesías, además de numerosas ilustraciones y el diseño de la cabecera de la portada, que fue en todas las publicaciones el mismo, aunque cambiando el color. Simultaneó esta labor en la revista coruñesa con una agitada labor artística, realizando exposiciones y murales por encargo, algunos de los cuales todavía se pueden ver en locales de la ciudad. Se trasladó a Vigo en 1965, cuatro años después de haber muerto su esposa, hecho que lo sumergió en una depresión que hará que se refugie en los bares de la ciudad. Murió en 1973, la víspera de Nochebuena, en Vigo.
Lugrís fue un pintor casi autodidacta, bohemio y anárquico, poeta, ilustrador y muralista. Su obra pictórica refleja una predilección por los temas marineros, y en ella transcribe un detallado mundo onírico, idealizado y soñador. Sus lienzos, casi siempre pintados sobre tabla en pequeños y medianos formatos, son el reflejo de un poeta recreador de mitos y leyendas, de aventuras de barcos desaparecidos bajo las aguas, y narraciones fantásticas en formato bidimensional a la manera de un Stevenson o un Conrad.
Estuvo influenciado por su padrino, el escritor Francisco Tettamancy y Gastón, gran amigo de su padre. Éste le contaba una gran cantidad de leyendas célticas y le contagió la fascinación por el mundo onírico. Tomó, a su vez, conceptos de la pintura metafísica italiana, sobre todo de Carrá y Chirico, y del surrealismo francés, de la pintura de Tanguy y Magritte. Algunos autores quisieron relacionarlo con Dalí, basándose en el uso del azul como color principal en sus obras, pero este detalle no lo toma del catalán, sino de Platinir.
En lo referido a la literatura, están presentes en su obra pictórica autores como Manuel Antonio, Luz Pozo Garza, Valle-Inclán y, sobre todo, Julio Verne, escritores relacionados con el mundo marino. En sus artículos y poesías, Lugrís utiliza el seudónimo literario de Ulyses Fingal, una fusión de la herencia grecolatina y el mundo de las sagas nórdicas de raíz céltica.